lunes, 23 de mayo de 2011

Música terapéutica

Hoy, como tantos otros días, volvía a casa desde Madrid con los auriculares puestos y me ha dado por pararme a pensar en la influencia que tiene la música en mi vida, en mi estado anímico, en mis recuerdos, en mis relaciones... Supongo que mucha gente se habrá planteado los fines terapéuticos de la música, pero yo me pregunto, ¿es totalmente inviable sustituir antidepresivos por una buena dosis de feel-good music?

Haciendo memoria, la música me ha ayudado en contadas veces a ponerle nombre a determinados sentimientos que ni siquiera me había planteado. Otras veces descubro una canción que se atreve a decir lo que yo por dentro estoy gritando y que no exteriorizo por miedo, o por falta de fuerza y de ganas. Los himnos me erizan la piel, la copla me hace llorar cuando estoy en el extranjero y una de las buenas de Sabina directamente me desbarata.

Y por otro lado, en días como hoy, la música me grita por todas partes que siga soñando, que siga siendo feliz y que mire a la vida de frente. Que confíe, que me deje guiar, que disfrute de las cosas y de la gente buena. Que después de esta tormenta, la calma será maravillosa, que el mundo está lleno de luz aunque me empeñe en ir soplando velitas de vez en cuando...

Yo lo avisé, soy la persona más optimista que conozco, este blog no es apto para vasos medio vacíos ;)

À bientôt!