miércoles, 1 de diciembre de 2010

De ilusiones se vive

Que me he levantado optimista y he pensado, (algo ligeramente inusual teniendo en cuenta mi nueva rutina) que esta pequeña niña tiene algo que decir al mundo...

...que cuando vienen malos tiempos la esperanza es lo único que nos ayuda a seguir adelante, y de momento esperanzas me sobran, y cada una de ellas tiene un nombre y una cara.

...que sigo alimentándome de sonrisas, a ser posible ajenas, un virus contagioso desde la primera mirada y que en ocasiones se vuelve incurable, generalmente con mucha fortuna y un buen compañero de vida.


...¡que de ilusiones se vive! Y que sin ellas el día a día sería gris, carente de historias, en otras palabras, un completo aburrimiento.

...y es que alguien ha puesto en mi cabeza la absurda idea de que basta con creer que algo es posible para que suceda. Así. Sin más. ¿Qué puedo hacer si desde hace algún tiempo sólo veo la vie en rose? ¿Qué puedo hacer si además estoy decidida a transmitirlo a todo el que esté a mi alrededor?


¿Te lo crees?
¿Capaz o incapaz?



"Señor, cuando el dedo apunta al cielo, sólo el necio mira el dedo"


Le fabuleux destin d'Amélie Poulain




À bientôt!

domingo, 26 de septiembre de 2010

Comenzando... de nuevo

Frente a mí un año entero, un largo curso en el que me esperan millones de experiencias nuevas. ¿Cómo afrontarlo? Pues las sensaciones viajan desde el miedo hasta la ilusión, pasando por las dudas y los nuevos intereses que se plantan delante de mí. Muchos nuevos retos, algunos más complicados que otros, pero también muchas fuerzas y ganas de probarme a mí misma que soy capaz. De momento comenzamos con la primera de estas pruebas: que Madrid y su rutina no consigan acabar con mis energías e ilusiones.

À bientôt!


[...] Pon en tu tumba que no es el final, tu rastro no se puede borrar. Los días están contados, no hay más que temer, tan sólo seremos libres cuando no haya más que perder. Con cada latido hoy celebra que nuestra historia continuará. Ya es hora de volver a empezar.

Saharabbey Road - Vetusta Morla

jueves, 15 de julio de 2010

Pequeños II

Después de muchos meses sin actualizar esto, tiene algo de sentido que la entrada anterior me estuviese esperando para renovarse, porque las cosas que verdaderamente nos tocan el corazón, permanecen meses y meses.

Muchas personas podrían preguntarse por qué después de un curso agotador, llegadas las vacaciones me gusta trabajar gratis hasta que termino exhausta. Por qué me dedico a subir montañas interminables para luego bajarlas, por qué me paso semanas durmiendo una media de 5 horas diarias entre bichos, por qué me levanto en verano a las 7 de la mañana para preparar bocadillos para 60 niños que luego me los devolverán diciendo que "eso es una mierda" y "no piensan comérselo".

La razón por la que hago todo esto es evidentemente mucho más grande que todas estas desventajas. Esos pequeños cuerpos de grandes almas que un día decidieron cruzarse conmigo son la razón por la que merece la pena tanto esfuerzo. Porque un sólo abrazo de uno de ellos borra de golpe todo el sueño, el dolor, el cansancio. Porque sus sonrisas son mi "Red Bull" diario, y ellos me han enseñado que siempre puedo dar más, aunque parezca que estoy acabada.
Son mi fuerza, mi alegría. Sacan lo mejor de mí y me enseñan cada día algo nuevo.

Por ello, he encontrado entre ellos, los pequeños, el mejor modo de servir a Dios.

domingo, 25 de abril de 2010

Pequeños

Nunca dejará de sorprenderme el carácter de los niños. Jamás dejaré de ver maravillas en sus comentarios, en cada una de sus pequeñas acciones. Especialmente esta mañana me ha llamado la atención lo claros que tenían sus sueños algunos de ellos. Mientras que la madurez nos trae dudas, incertidumbres y oscuridad por doquier, ellos lo ven claro: saben lo que quieren, y saben que han de luchar para conseguirlo.
Muchas veces desearía tener un poco de esa decisión, de esa ilusión por alcanzar mis metas, dejar a un lado mi supuesta madurez y dejarme llevar por lo que me dicta el corazón, que generalmente suele ser precisamente aquello que me va a traer la felicidad. Alguien dijo una vez: "Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes", y desde hace algún tiempo esta frase no deja de hacer eco en mi cabeza.
Lo que yo daría por cambiar un trocito de mi corazón, por otro del de un pequeño; un poquito de su improvisación y desparpajo por unos cuantos de mis esquemas incomprensibles; una tercera parte de su capacidad de amar y de ilusionarse, por unas pocas de mis preocupaciones.
À bientôt!

lunes, 8 de marzo de 2010

Rutina

Qué difícil es ver la luz cuando mi rutina me agobia. Cuánto cuesta sacar un rato libre para disfrutar del día, del sol y de la lluvia, de la noche, y de mi tiempo, cuando cargo a la espalda quinientas responsabilidades. Qué duro es apagar el despertador cada mañana, murmurando: "cinco minutos más", y saber que no los tengo. Qué raro no poder sonreír a los que me rodean, porque no encuentro el momento de alegrarme por la vida.
STOP!
Qué fácil es achacar esta falta de optimismo a lo que otros me han establecido. Qué sencillo culpar a mis responsabilidades de lo inconsciente que vivo mi día a día. Qué fácil justificar mi falta de fuerza de voluntad con la cantidad de cosas que me quedan por hacer y las pocas horas que tengo. ¡Qué tonto no ser feliz porque no tengo tiempo! Tengo veinticuatro horas diarias para ser feliz, todo depende del filtro con el que mire mi rutina. La felicidad es hacer del día a día algo maravilloso, y no pienso quedarme a observar cómo las alegrías pasan por delante de mí sin tomar parte de ellas. Hay que cambiar el chip, hay que tomárselo de otra manera...

À bientôt!

martes, 9 de febrero de 2010

Razones

Vocación, vida, sueño, meta, llamada. El concepto está claro. El problema aparece cuando lo llevamos a nuestra vida, y llega acompañado de millones de dudas. ¿Qué es lo que debo hacer? ¿A qué me siento llamada? ¿Son correctas las decisiones que he tomado hasta ahora? Mientras respondo estas dudas, sigo buscando mis motivaciones, ésas que me harán elegir de forma apropiada. Sigo viviendo una vida que no sé si es la mía, o la que me han fabricado, con la esperanza de encontrar una identidad, un motivo, una RAZÓN.

martes, 12 de enero de 2010

Por escrito

Alguien me dijo una vez que esto del escribir se pierde si no se practica, que la mente del creador no es sólo imaginación, influencias y arte, sino también trabajo, constancia y, en un muy segundo plano, una pizca de inspiración en un momento concreto (quizá motivada por alguna musa).
Para escribir como para casi todo, es indispensable vivir: escribimos lo que somos. Hace falta sentir lo maravilloso y horrible que puede ser este mundo y los que lo formamos para poder plasmar de manera bella algo que vaya a gustar. Ya no a aquellos que vayan a leerlo, sino, y en mi caso especialmente, a quien lo escribe. ¿Finalmente qué es todo esto sino mis propias memorias verbalizadas, mis sentimientos hechos palpables, legibles y compartidos con aquellos que, por azar o providencia, decidieron aburrirse con unos cuantos párrafos cutres?
Escribir, y sobre todo compartir lo que se me pasa por mi desorganizada cabeza empieza a ser una necesidad que roza la ridiculez en ocasiones. Y aquí estoy, sin tratar mínimamente de ponerle solución, agravando este "síndrome del escritor" que me desvela de cuando en cuando y me regala madrugadas llenas de quebraderos y borrones en la papelera, con la esperanza de que todo esto no se quede en simples palabras para mí, sino que sirvan de algo a aquellos que las miran.
Por fin, desde España...
À bientôt!