miércoles, 14 de octubre de 2009

De noche

Entre el tumulto propio del puro centro de Londres, donde la gente camina incluso más agobiada que en Madrid, donde los turistas se agolpan para conseguir su deseada foto con la que presumirán meses más tarde, donde un mendigo suplica el pan a un ejecutivo agresivo, cuya ajetreada agenda le impide darse cuenta de la necesidad de la persona que tiene al lado.

De noche, en el tramo que hay sobre el Támesis entre el Parlamento y el London Eye, hay un breve minuto, sólo unos segundos, en los que se produce un silencio insólito. Los semáforos en rojo y la carretera vacía dan la oportunidad de disfrutar de los colores brillando en la oscuridad. En ese instante de paz, ese pequeño respiro que brota entre el agobio, en ese pequeño momento de tranquilidad, en ese fugaz descanso para el alma... justo en ese tiempo, me vienes a la mente, y es cuando más te echo de menos.

jueves, 1 de octubre de 2009

Desde Londres... con amor ;)

¡Saludos desde el Reino Unido!

Tras dos horas de viaje, en las que mi compañera y yo nos replanteamos unas doce veces nuestra elección de destino "Erasmus" (exactamente cada vez que la azafata se dirigía a nosotras), después de coger veinte autobuses, un tren, y de conocer al taxista más hostil de todo Londres, aquí estamos: en nuestro quinto piso sin ascensor.

Y es que las cosas quizá no hayan salido como imaginábamos, pero la verdad es que esta ciudad palia todas las decepciones que nos llevamos con el alojamiento. Quizá no tengamos agua caliente, y tengamos que compartir la habitación con una persona más... Pero no cambio por nada la emoción de salir de la boca de metro de Westminster y encontrarme de sopetón con el "Big Ben".

Todo es más caro, pero todo es mucho más bello. El sol se deja ver bastante más de lo que esperábamos y los ingleses son más parecidos a nosotros de lo que imaginábamos. La residencia es de una orden española, y por lo tanto nos sentimos como en una pequeña España en el corazón del barrio de Kensington.

No tengo palabras para describir lo emocionada que estoy, me parece estar viviendo en una película. De todas formas sigo estando triste y debo compartir con vosotros que "skype" me parece el programa informático más útil que he encontrado, y a la vez siento que es el más cruel de todos: parece real pero al final es tan sólo una pantalla.

Londres sabe a frío, a agujetas, pero también a belleza, a impresión, y a un calor inesperado.

À bientôt!